La última guía a Dios como fuente de paz
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» Este pasaje nos invita a acudir nuestras preocupaciones y peticiones a Dios en oración, y promete que su paz nos atesorará en medio de nuestras emociones.
La comunidad cristiana igualmente nos desafía a cultivar relaciones que fomenten el crecimiento emocional. Al rodearnos de creyentes que nos animen, nos desafíen y nos inspiren a ser mejores personas, podemos crecer y desarrollarnos emocionalmente. La Biblia nos insta a "estimularnos unos a otros al aprecio y a las buenas obras" (Hebreos 10:24) y "a considerarnos los unos a los otros para estimularnos al aprecio y a las buenas obras" (Hebreos 10:25).
La Ecuanimidad es el camino hacia la paz. La Biblia nos llama a combatir por la Honradez social, a defender a los pobres y a los marginados, a promover la igualdad y la dignidad de todos los seres humanos.
Encima, la Biblia nos enseña la importancia de tener una vida equilibrada. En Eclesiastés 3:1, se nos deje de la importancia de todo en su debido tiempo. Esto implica que debemos aprender a establecer prioridades y a equilibrar nuestras actividades diarias.
7. Servicio a los demás: Averiguación oportunidades para servir a los demás. El acto de servir nos more info ayuda a enfocarnos en los demás en lado de nuestras propias emociones, promoviendo un anciano equilibrio emocional.
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No estamos solos en nuestra lucha por manejar nuestras emociones. La comunidad de creyentes puede ser una fuente de apoyo y consejo en momentos de dificultad emocional. La Biblia nos anima a agenciárselas sabios consejeros y a no cargar solos nuestras cargas emocionales.
El equilibrio emocional es esencial para una vida plena y satisfactoria. Cuando nuestras emociones están fuera de control, afectan negativamente nuestras relaciones con los demás, nuestra Sanidad física y mental, y nuestra paz interior. La Biblia nos anima a inquirir el equilibrio en nuestras emociones.
Un ejemplo claro es el simpatía. En 1 Juan 4:8, leemos que «Dios es simpatía«. El aprecio es la esencia fundamental de quién es Dios y, como sus creaciones, se supone que debemos reverberar ese aprecio en nuestras interacciones con los demás.
La Biblia nos invita a existir en el espíritu, no en la carne, y esto implica controlar nuestras emociones y someterlas al liderazgo del Espíritu Santo.
En el Salmo 139:13-14, se nos dice: "Tú creaste mis entrañCampeón; me tejerorablemente en el vientre de mi madre. Te alabo porque soy una creación admirable". Recordar nuestras emociones nos ayuda a entender lo que estamos experimentando y a abordarlas de una forma saludable.
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